martes, 20 de noviembre de 2012

Memorias que jamás podré olvidar


Hola mi amor, son las 09:51 de la noche del 19 de noviembre y la verdad es que para nada he dejado de extrañarte y pensar en ti ni por un solo instante. He comenzado a escribir esta carta a manera de cronología para que parezca un diario genuino, aunque la verdad es que parece un “mesuario” jajaja. ¿Recuerdas en qué fecha viajaste?... Bueno, pues comencemos con el diario.



16 de noviembre de 2012

Está nevando mucho en una de estas heladas tardes del invierno en el Reino Unido… ojalá viviera allá XD. No, estoy en Colombia, en algún remoto municipio, tu sabes cual. La tarde en que te marchaste he repicado a mi mejor amigo todo el santo dia porque me sentía tan solito desde que te fuiste que a la final, aburrido porque este baboso no me llamó, decidí seguir normal con el rumbo de las encuestas. Esa tarde llovió muchísimo, yo estaba por la tarde merodeando y deambulando por los salones tratando de hallar profesores que fueran victimas de mis sangrientos y brutales ataques de “buenas tardes señor profesor, el dia de hoy vengo ofreciendo este rico y divertido paquete de copias denominado encuesta para que ustedes lo resuelvan ahora mismo y me lo devuelvan de inmediato, la unidad les vale $700, para su mayor economía lleve, llene y devuélvame los tres por tan sólo $1500, muchas gracias” XD. No bebe, mentiras mias, pero la verdad es que si llovió durante el lapso de tiempo en que me refugié en la sala virtual de la biblioteca porque hacia demasiada calor aunque como a esa hora de las 4:00PM ya estaba el cielo cargado de nubes y brisaba un poco, pero ya sabes como soy yo, el más minimo calor me hace añicos. Cuando salí de la biblioteca descubrí que ya había dejó de llover fuerte pero continuaba lloviendo un poco, así que yo terminé de repartir encuestas como a las 7 de la noche y decidí irme para la casa en medio de la lluvia que aún quedaba, pero desde luego, te estaba extrañando demasiado, así que me dirigí hacia algunas partes de la universidad, como un recorderis visual de los lugares especiales, y de repente todos los primeros momentos maravillosos llegaron a mi, aunque siempre los llevo conmigo marcados en el alma y en la piel, no podía dejar de pensar en ellos con tanta fuerza y melancolía. Pasé por el gran árbol que está en el camino que lleva desde el abanico hasta semipesados, ahí fue nuestro segundo beso, el que llegó después de un par de semanas de haber estado en nuestra tierrita natal; recuerdo las palabras que me dijiste por el celular un dia antes de viajar de regreso: “¿te digo algo?... quiero… besarte de nuevo”, o al menos así las recuerdo, si tienes alguna discrepancia podemos darnos de trompadas para solucionar la disputa XD. Ese fue el primer beso que me robaste en la vida y espero que no sea el último que me robes, me encanta que lo hagas.

El segundo sitio que recordé fue mientras caminaba hacia donde estuvimos sentados en la universidad por última vez juntos, tenías sueño y me hablabas de tu madre, MI SUEGRA! Yo te recordaba ahí porque me preguntaba si podría tratar de no desesperarme tanto por tu ausencia durante ocho largos días, sin oírnos, sin escribirnos.  Luego miré hacia atrás para divisar el lugar, el sagrado y mágico  lugar que para mi representa la más grande de todas las batallas jamás libradas, porque el hombre ha derramado su propia sangre luchando contra los suyos por su libertad, pero mi corazón cansado de mi estupidez luchó contra mí hasta que recuperó su libertad, la misma que le arrebaté hace unos cuantos años cuando me opuse a permitirme amarte, cuando me di cuenta que me había enamorado de mi mejor amiga, pero el amor es sabio, y a su vez es terco y rebelde así que mi corazón derribó todos mis temores y preferí vivir en tan sólo un segundo todo aquello de lo que me privé por idiota, por tonto durante tantos años, y te besé y te acaricié y sentí que todo estaba finalmente en su lugar, que las estrellas y el universo entero giraban a nuestro alrededor. Sentí que respondías a un beso enamorado con un beso sorprendido, y tierno, y dulce, como siempre supe que eres en el fondo aunque te esfuerces por ocultárselo al mundo.

Y continué caminando y llegué y me resbalé con la goma de las suelas de mis tenis ya demasiado lisa sobre el piso rojo y mojado del edificio nuevo que estaba detrás del puesto en que tu te encontrabas sentada, conmigo, la última vez que nos vimos. Y me llegó la alegría y la emoción viéndonos ahí, de pie, en ese momento en que sentí que lo deseabas, en que sentí aquella noche en que te confesé todo este amor encadenado durante tanto tiempo que era el momento de besarte, que ya no podía esperar más, pero aquella noche, estuviste tan cerca, tan cerca de mí que tuve el tiempo suficiente, milésimas de segundo, pero al fin y al cabo fueron toda una vida para ver que no estábamos completamente solos y que no quería exponerte a que alguien te viera, no, no besándome, no podía, no me lo permitiría, tu eres tan grande para mi y sé lo que vales que por nada del mundo haría algo que te dañara de alguna manera, así que guardé mis sentimientos y me impedí de nuevo amarte. No era el momento, y por otra parte, no quería que fuese así porque de haberte besado en ese momento habría pensado durante toda mi vida que lo habrías hecho por solidaridad y no por correspondencia, aunque el amor no se envía por apartado aéreo XD. El dia en que finalmente ya no pude más, lo hice pensando en que no me importaría pasar el resto de mi vida a tu lado, como tu mejor amigo o guerreándomela toda para recuperar mi puesto de amigo porque después de eso me odiarías por siempre, y seguría luchando, seguiría siendo firme, manteniéndome siempre ahí con la esperanza de que algún dia tu pudieras sentir algo más por mi, que tan sólo llegara a gustarte algún dia se convirtió en lo que yo veía como mi única esperanza y tenía plena confianza en mantenerme siempre a tu lado, aunque no se trataba de un reto sino de mi felicidad, a tu lado siempre me siento completo, siempre ha sido así y eso es algo que no necesita de más requisitos para hacerse. Yo siempre desearé estar contigo y nunca he querido ni querré ser tu amigo, porque siempre voy a querer ser más, y siempre voy a querer ser tu más en todo.

Luego caminé y salí de la universidad por la entrada principal, en dirección hacia el semáforo, caminé por un largo rato hasta que dejó de llover y la calor regresó, salí hasta la avenida y tomé transporte de regreso a casa. Cuando llegué sólo miraba el celular, desanimado porque quería escribirte pero sabía que mis palabras no te alcanzarían y así, cené, vi un poco de tele y me acosté a dormir oyendo música en mi celular viejito. Antes de quedarme dormido, llamé a un amigo, G… y él me dijo que subiera a su casa a almorzar y a ver películas por la tarde, y a molestar y recochar como en los viejos tiempos, así que al día siguiente ya tenía planeada mi agenda de eventos.


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