miércoles, 11 de diciembre de 2013

Carta de despedida a la mujer que tanto amé

Amada mía, no sé cómo decirte esto que tanto me duele en el alma, pero sólo existe una manera esa es diciéndola. Tú más que nadie en la vida, en el mundo y en el universo sabes que te amo más que a nadie, que eres lo más maravilloso que me pudo pasar, que estar a tu lado por estos casi dos años de nuestras vidas me demostraron que los sueños sí se cumplen, que ninguna estrella es tan lejana como para ser alcanzada. Pero miré mal hacia mis sueños y malinterpreté el mensaje de la vida.

Estuve muy felíz, demasiado, como nunca me lo imaginé y es que tú en los últimos 6 meses hiciste tantas cosas para que lo nuestro no se fuera a destruir por nada que me sentí orgulloso y me sentí único y por un momento fui el hombre terriblemente más felíz que jamás halla nacido. Pero pues, hay que aceptar que hay cosas en tí y hay cosas en mí que no tienen solución.

Nos equivocamos. Yo nunca lo ví, pero desde que lo supe, desde que lo comprendí todo fue horriblemente claro para mí, y desde ahí, desde ese momento es que tengo heridas que tomaran años y años antes de sanar completamente. Heridas que nacen desde el momento en que entendí por qué motivos tu y yo jamás podremos estar juntos.

No teníamos que cambiar, y te lo dije un par de veces. Teníamos que aceptarnos como somos, habían cosas perjudiciales de nosotros que le harían daño a la relación y esas sí debíamos cambiarlas, pero aquellos detalles de nuestras personalidades que no le hacen daño a nadie sino que simplemente nos eran intolerables no teníamos por qué cambiarlas, porque eran parte genuinas de cada uno de nosotros, y nos hacían ser quienes éramos en realidad. Soy el payaso, el bromista, el de los chistes que nunca te hacen reir, el infantil al que le encanta ser niño, al que le gusta verse joven aunque los años se me vengan encima todo el tiempo, el que no está dispuesto a aceptar jamás que hay un tiempo llamado vejéz que está esperando por mí a la vuelta de la esquina; y tú, tú eres la chica seria, la que es supremamente seria y tierna a la vez, a la que no le gusta mostrarse segura en la vida con nada porque siempre tendrá miedo de todo por todo, la chica a la que le cuesta trabajo mostrarse tierna y lo niega una y otra vez aún sabiendo que en el fondo es un inmenso mar de ternura. Yo no tenía que cambiar para demostrarte que deseaba estar contigo, y tú ya lo sabías, esas cosas que no debías cambiar por mí ni por nadie simplemente no las debías ni las cambiarías porque sabías que esa eras tú misma, pero por el contrario siempre sentí esa incomodidad en nuestros momentos, incomodidad que veía en tu rostro y tu semblante cuando yo actuaba como el payaso al que le gusta reirse por todo, hasta de mí mismo cuando a tí esas cosas de mí no te parecían graciosas, pero el chiste aquí es que no se trataba de que no te gustaran los chistes o las bromas o las infantilerias... Lo que sucedía es que no te gustaban mis bromas o mis actos infantíles porque no me hallabas gracia de ninguna manera.

Sí, amada mía, finalmente lo entendí. No se trataba de que yo cambiara algo que me definía y marcaba quién era. Este soy yo. Tú no cambiarías las cosas de tí que no me gustaban si tú sabías que no le haces daño a nadie con eso ni mucho menos sabiendo que todos los amigos valiosos y genuinos que tienes están enlazados a tí por ser quien eres, y absolutamente sabiendo que tu familia te ama así, tal y como eres... Y ese es el secreto. Amarnos tal y como somos. Eso fue lo que nos quedó grande.

No sé qué pasó, adónde se fue la magia, el amor sigue aquí en mi pecho, en mi mente, en mis memorias, en mis sueños en los que te veo una y otra vez, en las fotos de facebook en los que te busco para saber cómo diablos estás. Sólo sé que esta magia que hacía que suspirara por tí día y noche se desvaneció cuando de un momento a otro decidiste decirme tantas cosas que al final tu misma incumplías y me dí cuenta y te lo dije muchas veces: tu incapacidad para prometerme es porque nunca te amarrarás a nadie. Pero por el contrario, siempre era yo quien debía prometer y prometer aún sabiendo que en cualquier momento te irías de mí, porque yo no estaba dentro de tus prioridades.

No se trataba de que me hicieras un altar y me alabaras por encima de tu madre o de tu padre, de tu familia o me pusieras por encima de tu trabajo. Se trataba de que me dieras igual importancia como a cualquier otro miembro de tu núcleo familiar o que me dieras la importancia que me permitiera saber que aunque el trabajo nos mantendría alejados y ocupados, tú estarías siempre en mente y corazón conmigo, que esos "TE AMO" de verdad fueran para siempre.

Me dí cuenta que algo andaba mal, y sentía que se venía en picada este golpe de miseria al corazón cuando percibí tu extraño comportamiento al acercarse noviembre de nuevo, y de repente ahí estaba: lo mismo de siempre, para tí era tan fácil sacar tiempo para que planearamos hacer el amor pero era practicamente imposible juntos hacer cosas con amigos o amigas tuyas porque siempre ponías en medio la misma patética excusa: "ya no es tan fácil como antes".

¿Entónces, de los 3 años que me habías pedido, y si ya le habías dicho eso no entiendo por qué era tan difícil? No entiendo por qué en todo este tiempo fui yo quien tuvo que mantenerse como la sombra de algo y de alguien sin tener esperanza.

Soy la sombra de algo que no lograras. Simplemente yo le había puesto en principio un nombre, su nombre, el nombre de él a este dilema del por qué no estábamos juntos, pero me equivoqué. El problema es que tu nunca me pondrías a igual nivel de importancia para tú familia y mucho menos ante los demás cuando tu apariencia y estatus ante la gente es tan importante para tí por tu condición. Me dí cuenta de ello el día en que te llamé y te dije que me parecía que a tu hermanita le haría mucha falta el novio ya que eran muy apegados y ella estaba contigo ahora en el pueblo, y tu en medio de tu resequedad en la llamada has contestado "no creo que a S... le esté pasando eso, mi hermanita no es así, y además, no creo que para una mujer sea más importante un hombre que la familia".

Así supe que yo nunca tendría igual importancia para tí, y lo noté cuando me cansé de sólo tener relaciones y aunque me hallas querido tapar las cosas, sabes que es así, al final aunque no te lo había querido decir ya mi cuerpo se había cansado, mi corazón estaba agotado y triste, mis besos ya no sabían igual porque los tuyos ya no podían llenarme, porque en tu piel sólo sentía el deseo, pero no sentía tu amor. Tu ya no lo sentías, y eso me estaba partiendo el alma a mil pedazos por dentro. Y para comprobar que ya no lo sentía, para saber qué tanto te importaba nuestra relación de pareja, te pedí que no volvieramos a estar como tal, que los besos continuaran y que las caricias siguieran y que las frases de amor se mantuvieran, pero que el amor llegara cuando el momento se diera, porque yo sé que la distancia entre los dos destruiría todo y terminaríamos tomando caminos diferentes, motivo por el cual yo decidi no tomar distancia de tí, sino de tu cuerpo cálido y desnudo, pero eso te afectó y dijiste sentirte "rara", y como acto seguido, tus "te amo" se acabaron, y las llamadas desaparecieron, los mensajes iban pero ya no volvían porque supuestamente estabas muy ocupada en tu trabajo. Excusas, y lo sabes. Sólo eran excusas para ocultar quelo tuyo conmigo no era amor. Sólo afinidad sexual. Y al final... Todo murió, porque entendí que le hice el amor mil veces a quien sólo tuvo sexo conmigo.

No, no va más. Nuestra historia no va más. Intentar las cosas de nuevo sólo harán que repitamos la historia. Me equivoqué cuando decidí creer en mis sentimientos y desviarme de lo que yo sabá era mi camino correcto.

Ese mes luego del primer beso, tú entendiste algo diferente en tu vida muy diferente de lo que yo quería. Me diste sueños e ilusiones e hice promesas y luché contra mi familia por tí. Pero yo en el fondo sabía que no estaba bien y tú tambien y nos equivocamos. Yo debía dar vuelta a la página y jamás abandonar mi papel de mejor amigo en tu vida, tú superar aquel beso y no tentar al destino con un segundo beso. Lo comprendí, yo estaba viviendo la vida de alguien que debió estar en ese lugar pero que no era yo ni soy yo ni mucho menos seré yo, y tú estabas en el lugar en que debería ir otra persona. Sí, ahora despejo todas mis dudas y mi mayor temor queda confirmado: no me amaste nunca, confundiste lo que era el amor con un apego muy fuerte, pero no era amor. Y yo, compruebo ahora mi mayor temor: que nunca podré olvidarte aunque deje de verte para siempre, y que este amor no desaparecerá jamás, aunque te lo dije cientas de veces: el verdadero amor nunca termina, jamás se olvida y es imposible de superarse.

En el fondo no te odio aunque tú a mí sí me odies ahora que decidí hacer algo demasiado fuerte, sé que no te afectó demasiado, no mucho, poco realmente, pero sé que sucedió y te pido disculpas. Las cosas simplemente van bien, ví que ante mis ojos estaba alguien más cerca de mi mundo, alguien que puede hacerme felíz porque me entiende y me comprende, alguien con quien puedo jugar y hacer chanzas de las que tanto me gustan, alguien que es tan odiosa como yo y no le incomodan mis comentarios payasos, alguien que es tan infantil como yo y que siempre está en contacto con su niña interna. Tenía el dilema de no saber quién sería yo, si el caminante o la montaña. Si te esperaría por siempre y si iría tras de tí hasta morir, pero la vida es muy corta, y mi corazón quiere ser felíz, quiere amar y quiere ser amado, quiere vivir y quiere ser vivido, quiere sentir todo lo que el universo está dispuesto a entregarle junto a alguien que esté dispuesto a tomar su mano y a prometerle como este corazón sabe hacer que nunca jamás soltará mi mano.

Te lo pedí mil veces, pero ni aún así los prejuicios te permitieron darme la mano y caminar por ahí como antes aunque fueran sólo tristes 5 minutos.

"... ven toma mi mano para huir de esta terrible oscuridad..."

Te lo dije desde el momento en que te confesé mis sentimientos. Quería sentir tu mano sobre la mía, al aire libre y quería sentirme tuyo como siempre lo fui, y que el mundo lo supiera aunque fueran 5 minutos, pero no sucedió en 2 años así que quizás nunca sucedería.

Y ahí vi mucho más. Aún cuando te dije que este corazón era tuyo y que estaría por siempre contigo, tu me dices claramente que debemos caminar por caminos separados, me dices las mismas palabras que yo te dije hace mucho tiempo como si yo no me diera cuenta que a diferencia de mí tu esperabas que todo esto terminara por completo porque cada vez que te vas intentas deshacerte de mí porque siempre seré el error de tu vida. Siempre me vendías la misma patética historia de que no debías ser egoista conmigo y esas cosas. Pamplinas, al final sólo esperabas que las cosas y todas las promesas que te hice fueran rotas por mí mismo porque tú no tenías el valor de romperlas y esperabas que fuera yo. Y lo hice, porque me comí tu historia y porque...

Porque ella tiene razón. Yo merezco ser felíz. Amar y ser amado, Sentir y ser sentido. Estar acompañado siempre por la persona a quien le haya entregado el corazón. Pero lo que finalmente me hizo arriesgarme fueron en realidad dos sucesos que ocurrieron. Primero, a tí se te ocurrió subir una frase de no sé quien que decía: "nadie pierde a nadie porque nadie es dueño de nadie", y así me partiste el corazón en mil pedazos de los que aun no puedo recuperarme, y en ese estallido del corazón perdí fragmentos que nunca más volverán a mí ni saldrán a la luz para nadie, porque me destruiste los sentimientos, porque no sirvió de nada todo este tiempo de lucha dia tras dia para demostrarte que fui tuyo desde el principio hasta el final. El amor es algo complejo, algo que simplemente es porque no tiene explicación lógica, porque aún cuando te conviertes en propiedad de esa persona que se roba tu corazón, tus sueños y tus pensamientos resulta que sigues siendo absolutamente libre. Algo que no es ninguna de las dos cosas y al mismo tiempo es ambas es algo imcomprensible, pero existe y por lo tanto, el amor es. Eso es el amor. Y tú no lo viste y me soltaste la mano y reconociste por completo mi libertad sin reconocer mi eterna esclavitud y me hiciste convertir en algo invisible, pero un apretón de manos, de ella, de esa chica me devolvió a la vida. Me sentí real de nuevo, sentí que alguien me sacaba de ese profundo mar de silencio y de vacío.

¿Para qué seguir detrás de algo que traerá más dolor a mi vida, simplemente no eras para mí y por eso me arriesgué a ser felíz con un corazón roto y reconstruido con las tantas partes que pude recuperar de él. No quedó como antes, ya no está completo, pero ahora hay espacios que desaparecieron, esos espacios que conectabas los extremos de nuestras promesas y que ahora se han marchado.

Hallarás a alguien que te haga felíz, alguien que esté más cerca de tu mundo y de tus sueños, alguien que te haga volar, alguien que te lleve más allá de los 3 metros sobre el cielo.

Me resistí a las señales de la vida y el destino al tratar de ir tras de tí y por ello no percibí las señales que intentaban darme. Me lo dijiste muchas veces, Dios intentó decirmelo tantas veces pero no le escuché: "Tú ves sólamente lo que quieres ver".

Por eso no pude percibir a quien estaba cerca de mí ofreciendome la misma mano con la que me sacó del abismo de dolor, a aquella persona que estaba aguardando desde hace tanto tiempo a que yo le diera vuelta a la página y sin saberlo, tambien ella esperaba mi mano para poder salir de su inmensa tristeza, de ese mar,y de nuevo me encontré en medio de ese misterio: si ambos estabamos en un mar de desolación y sufrimiento, ¿quién de los dos rescató a quien?

El amor simplemente es. Es así de simple. Es la paradoja del amor. Y de nuevo lo ví con mucha emoción en mi vida. Quizás nunca ame a alguien tanto como a tí, porque mi corazón perdió trocitos irrecuperables, pero vuelve a sentir la magia y ahora la siente con total poder y claridad. El amor está ahí, aunque no lo sienta como fue contigo, pero seguirá creciendo y así es como sé que seré condenadamente felíz.

Vive, ama, llora, rie, arriesgate a amar y a hacerlo en todas las formas de amor. Vive el ahora, vive el presente, gracias por todo.

Después de todo lo nuestro nunca habría podido ser, no estabamos hechos el uno para el otro. Y pues, ya averigué por ahí, pregunté por tí y supe que estás muy bien, de maravilla realmente y eso me alegró mucho porque sé que el peso de la relación que llevabamos te impedía estar tan felíz y en resumen, sé que tomaste el camino correcto, que ya no hay cruz sobre tu espalda y que ahora reharás tu vida de la manera en que debía ser.

Realmente, quiero decirte que eres demasiado especial e importante para mí y que nunca nunca jamás dejaré de quererte.

Te quiero demasiado, con todo mi corazón.

Cuando leas esta carta, si es que algún día te acuerdas de mí y quieres volver a ver esta página te darás cuenta de esta particularidad, de esa carta virtual que nunca leíste y nuca viste. La hice porque no quise decirte las cosas con mi voz ni personalmente, porque honestamente, no quiero que volvamos a vernos ni quiero que volvamos a escuchar nuestras voces, no porque haya resentimientos en mi corazón, sino porque no quiero volver a malinterpretar las señales de la vida. Porque ahora lo tengo todo y no quiero confundirme con alguna nostalgia que pueda nacer al volver a verte o a escucharte, o al volver a cruzarme en tu camino. Por eso no contesté aquella llamada tuya. Por eso simplemente escribo esta carta.

Y este es el punto sin retorno que nunca quise decir, y desearía no hacerlo porque en mi personalidad, uno de estos no tiene regreso. Esta es la única promesa desde el colegio que no pienso romper, porque aún habiendotela dicho tantas veces la rompí, y volví a hablarte, a verte y a buscarte, pero ya no será así.

Esa tarde fue la última vez que nos vimos. Si vas a recordarme, recuerdame como el chico del colegio y el de la universidad, el que te buscó, te dijo que estaba enamorado, como el chico que te dió el primer y único beso que nos dimos y que luego desapareció y a quien nunca más volviste a ver. Así quiero que me recuerdes. Como ese amor bonito e idílico que es real pero que sólo se hace realidad en los sueños de hadas.

Adios, Ledys.

Adios.
 

DIARIO DEL LOBITO ENAMORADO Copyright © 2011 -- Template created by O Pregador -- Powered by Blogger